Una vez soñé que vivía en un bosque encantando lleno de luciérnagas y mariposas... una de ellas se posó en mi mano y juntas íbamos descubriendo las secretos que escondía ese maravilloso bosque. Mientras caminábamos, vimos un sendero que llegaba a un prado lleno de unicornios, uno de ellos se acercó y me dejó acariciarlo, ¡qué suave y bonito era!. Mi mariposa y yo seguimos caminando y encontramos un árbol en forma de casita, ¡era la casa de una hada! y allí nos quedamos jugando y diviertiéndonos horas y horas hasta que la mariposa echó a volar y me di cuenta que ya atardecía y.... el sueño se desvaneció. Me desperté muy feliz porque enseguida comprendí lo bonito que es sonrreir, correr, jugar, imaginar, vivir, recordar,...¡¡recordar!! qué pena porque pasó el tiempo y casi ni lo recordaba hasta que un día encontré estas fotografías del sueño en un cajón y gracias a ellas empecé a recordar y a revivir esos secretos tan increíbles y maravillosos, entonces comprendí que jamás los olvidaría y si lo hacía solo tendría que mirarlas de nuevo para adentrarme en mi sueño encantando.
Aquí tenéis parte de mi sueño.